viernes, 21 de septiembre de 2012

Primeras impresiones.

Ya llevo casi dos semanas en la ciudad roja. Dos semanas de adaptación que no podría catalogar como "verdadero erasmus" dado que he roto la rutina de Madrid para meterme en otra aquí. Clases, comer, skype, salir. Un día tras otro. Sigo en el puto B1, aunque ya me voy enterando de las cosas, sigo sin coleguis españoles y, la verdad, lo echo en falta. Salgo casi todos los días con gente del curso: Merkel, francés, un japones que se llama Daiki del que estoy bastante enamorada (L) y a veces una australiana y una nipona. Parece un chiste. Está chachi y es gente bastante interesante que me está aportando cosas, pero las barreras culturales son más que evidentes. A las 3:00 como tarde a casa. Y claro, a mi me cuesta xD. Respecto a la ciudad, el ambiente es más que bueno. Cuando por fin encuentre mi huequito, creo que la podré disfrutar mucho. El punto neuralgico de la noche es "Piazza Verdi", una plaza porticada (cómo no) cuyos edificios deben de tener facilmente 900 años donde todo el mundo se sienta a beber birras, tocar la guitarra (incluso el yembé), tomar una pizza y charlar. Es alucinante, porque aún la universidad no ha empezado y está llena todos los días entre semana.
Estos días han sido bastante, quizás para mí demasiado, tranquilos. Podría destacar la noche del sábado pasado: era la noche del jazz en Bolonia y la ciudad estaba llena de conciertos gratuitos al aire libre. Nosotros fuimos a uno de  Spaghuetti Swing , un grupo italiano que toca sobre la tipica mesa de cuadros rojos y blancos, llena de comida. Mientras suena la música, algunos integrantes cocinan platos tipicos italianos y en la última canción (una versión de la BSO de "La vita è bella") el musicococinero lanzó spaghettis al aire. Todo un show, la verdad. Después fuimos a casa de unos amigos de Merkel que vivían en  el mitico piso erasmus. Éstos tienen un grupo de rock fastante famosillo aquí, Eroi della notte, y estuvimos allá bebiendo y tocando música. Cuando tocaron la canción que he adjuntado recordé el "nunca seremos tan jóvenes como esta noche" y fue el primer momento que disfrute intensamente aquí. El domingo teníamos que hacer unos deberes para el curso por la ciudad y a Merkel (sí, es la co-protagonista de mi vida aquí) le robaron el bolso. Para olvidarlo fuimos al supermerkado a comprar mucha comida para comer, beber y olvidar el terrible suceso. Y después volvimos a mi casa. Nos pillamos un ciego muy absurdo ella, mi compi, la japonesa y yo que comenzó a la hora de comer y se prolongó hasta la madrugada. Bastante guay, la verdad. 

Aquí empezó todo.


De nivel etílico voy bastante guay, pero a horarios raros. Existen las litronas de San Miguel aquí (lo que me sorprendió bastante) y entre eso, los shoortinos (así llaman a los chupitos) y las copas gratis a las raggazze se puede emborrachar uno a un precio, no digamos barato, pero digno. La que va bien sbronzza (beoda) es mi compi. Cuando el lunes a la noche llegué a casa de quedar con Carla (fue guay verla después de tanto tiempo y me ha regalado charlas chachis y un cuaderno para que vaya plasmando mi aventura) la encontré sola en la cama riendo con una botella cuasi vacía de vino que me hizo acabarme a mí. Me quedé un poco confusa, la verdad. Por lo demás es una tía chachi è divertente, ya nos vamos entendiendo mejor y tenemos bastantes cosas en común (aunque no el concepto del ahorro: temo la factura del agua y la luz, la temo de veras.)
No sé qué más contar. Ya he firmado oficialmente el contrato y hecho casi todos los interminables trámites interminables mierdas interminables burrocracias interminables de la puta Unibo.
Os dejo, amiguitos, que me he propuesto que hoy sea un día productivo.
Pd: prometo tratar de actualizar antes la próxima vez.
Pd: os echo de menos. Queda mal que una pseudodura como yo lo diga. Pero es así :)

Besos lentos, abrazos blanditos y dejad que fluya, que diría yo (sí, va por tí, Ele jaja).



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